Sabemos que no corren buenos tiempos desde el punto de vista energético. Las facturas eléctricas, por las circunstancias que estamos padeciendo, vienen algo o muy infladas según el caso. Tenemos encima el mensaje que nuestros queridos políticos de turno nos envían de tanto en cuanto para reducir el consumo, siempre por nuestro bien y por el del medio ambiente. Así que se imponen métodos de ahorro para que el bulto a pagar sea lo mínimo posible ante unos ingresos que se quedan igual, suben poco o incluso pueden reducirse con lo que puede conllevar a la aparición o incremento de un agujero negro de deudas.

Es de suponer que todo esto ha tenido que imponerse en las cabezas pensantes del grupo de medios francés M6, en el que está incluida la emisora de radio RTL para dictaminar que su emisor de gran potencia de onda larga situado en el Luxemburgo tiene los días contados. No va a estar en funcionamiento más allá del 31 de diciembre de 2022.

La explicación oficial que se ofrece desde la emisora es la crisis energética que debe llevar consigo acciones de sobriedad. Hasta aquí nada nuevo y más teniendo en cuenta que el gasto del emisor es de unos 6000 MWh de electricidad al año. Con este dato nos podemos quedar igual, pero si nos ofrecen la comparación nos hacemos una idea del asunto, no en campos de fútbol, pero sí personas: unas 3000.

También se incluye como excusa que la escucha de su programación en onda larga se ha vuelto marginal, con lo que se recomienda a los oyentes a pasar a la frecuencia modulada, radio digital DAB+ o internet entre los diferentes métodos disponibles.

El emisor direccional de onda larga, situado en la población de Bech en Luxemburgo, con una potencia actual de emisión de 750kW de día y 375 kW de noche, lleva en funcionamiento casi 90 años siendo una de las radios privadas llamadas periféricas ante la imposibilidad de emitir desde el territorio francés que estuvieron en esta banda y en onda media hasta hace unos años. Las grandes potencias que se utilizaban permitían que su escucha se pudiera realizar en prácticamente todo el territorio galo con una única frecuencia, hasta que en los años 80 el gobierno francés liberaliza la frecuencia modulada y distribuye las primeras licencias en esta banda a empresas privadas. Desde entonces todas ellas comenzaron a pasar el grueso de oyentes a esta nueva banda que tiene un mejor sonido pero que no tiene una cobertura total en el país.

Este es uno de los puntos en contra que exponen los que no están a favor del cierre de la última emisora de grandes ondas, así las llaman en Francia. Además, el DAB+ está aún en pañales porque no está totalmente implantado en todas las regiones del país. Y si nos vamos a internet se saca el eterno conflicto que tienen las personas de edad con la tecnología digital.

Los que la estuvieron sintonizando fuera de Francia en horas nocturnas recordarán los programas musicales de George Lang, aunque estoy seguro que estos hace tiempo se pasaron al podcast o a la señal streaming.

Sea lo que fuere, a partir del 1 de enero de 2023 se dejará de escuchar el 234 KHz de la onda larga y RTL se ahorrará un buen facturón de electricidad que es básicamente lo que le interesa a la empresa. No corren buenos tiempos para mantener la misma programación en varias bandas de recepción. Que pregunten en España donde la clásica y cara onda media está en vías de retroceso en la radio privada. En la radio pública ni se lo han planteado, más que nada porque ahí lo pagamos todos.

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