El gran actor y humorista Groucho Marx dijo hace muuuuchos años lo siguiente: «Inteligencia militar son dos términos contradictorios». En ese aspecto no le faltaba, ni le falta, ni le faltará la razón. Pero llevamos un tiempo en que en nuestras bocas va apareciendo dos palabras que están haciendo pensar a más de uno en el futuro no muy lejano: inteligencia artificial. Una de esas bocas, en este caso plasmado negro sobre blanco, ha sido Juanma Ortega en el digital ’El independiente’. Juanma lleva tiempo diciendo que la radio no tiene una buena salud por los cambios que se han ido introduciendo a lo largo de los últimos años. Hace unas semanas lo comentaba con el Grupo Risa en su primera hora de emisión.

Voy al lío. Hace poco apareció en internet Radio GPT, la primera radio que funciona mediante inteligencia artificial. Esto quiere decir que no solo la selección que se va oyendo sea programada mediante este proceso, si no que las voces que se escuchan comentan mediante inteligencia artificial. Música comentada por voces amigables que no cobran nada, a no ser que sea el programador. Quizás lo que querría cualquier empresario.

En las fórmulas musicales radiofónicas no se consideran a estos, podríamos decir que, de momento, experimentos como a un verdadero enemigo, pero cuando las barbas del vecino veas cortar …

La cosa es que sea una máquina con voz la que vaya sustituyendo a la inexistente estrella de la radio es otro hecho con el DJ de Spotify, en este caso muy personalizado ya que va dirigido al usuario particular, ofreciéndole y presentándole música en función del gusto del que paga el servicio. Siempre nos ha gustado eso de que nos hablen particularmente, dándonos un protagonismo que a lo mejor no era necesario. Pero la radio siempre ha dio a un público general, y ese aspecto, por la infraestructura existente no ha podido ofrecerlo. Bueno, sí lo ha hecho con una fórmula realizada hace muchos años y pocos mantienen en la actualidad: las canciones dedicadas.

En el artículo de Juanma Ortega se comenta también que la proximidad de las emisiones locales, la gran solución de aproximación al oyente final, actualmente también son inexistentes. Todo sea por un mejor balance de ganancias con una programación en cadena.

Y volviendo al tema de las voces artificiales, el diario ‘La Vanguardia’ en su edición digital ofreció durante un tiempo el servicio ‘story telling’ con todas sus noticias publicadas narradas con una voz tan artificial que muchas veces dejaba que desear. Llevo un tiempo buscándola en la web y no la encuentro. Mejor.

El tema que una voz artificial termine realizando el trabajo de las voces reales actuales está en la mesa. Pero la sustitución de voces reales por digitales no es solamente un susto que sobrevuela a la radio. En el mundo del doblaje también hay voces que temen un futuro con voces más dóciles y adoctrinadas para unos empresarios y distribuidoras que no quieren muchos gastos. Esto ya se hace con la cara de algún que otro actor, y si no comprobad la reaparición del actor Peter Cushing en ‘Rogue one’, 22 años después de su muerte. Solo hace falta un consentimiento. O a veces ni eso con el dicho “es mejor pedir perdón que pedir permiso”.

Y ante todo esto lo único que podemos ofrecer es una única respuesta: las voces digitales no tienen alma. Una gran verdad que de momento convierte a los locutores, DJs y actores de doblaje en actores imprescindibles ante un trabajo que está dirigido a humanos como ellos. Quizás sea el único argumento que se pueda sacar ante un futuro donde la inteligencia artificial empieza a ganar protagonismo. Hasta que venga el programador de turno y se invente la inteligencia artificial con alma. Digital, pero con alma. En ese momento claudicaremos de todo. Aunque, en honor a los resultados, alguno ya lo haya hecho.

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