Desde los inicios de la radiodifusión en España existió la idea de crear un servicio que pudiera llegar a todo el país, aunque las tres primeras ideas planteaban un modelo mixto: la titularidad de la emisora sería pública pero la gestión sería privada mediante un concurso público. Como queda comentado antes, hubo tres intentos datados en 1929, 1931 y 1934, todos ellos muy cercanos en años.

El primero, el de 1929, fue el que bautizó esta estructura de radio oficial española como Servicio Nacional de Radiodifusión basándose en unos mínimos técnicos y programáticos que los licitadores debían al menos igualar en sus pretensiones o, en su defecto, aminorar con las razones que fueran necesarias. En cuanto a estaciones de radio se fijaban al menos 18. Al concurso se presentaron cuatro empresas, pero eran dos las que tenían más papeletas. Por una parte, Unión Radio SA, que planteaba 16 estaciones de onda media y una de onda larga en Madrid, mientras que Sociedad Anónima Española de Fomento Nacional de Radiocomunicación lo reducía a seis, y aquí me explayo un poco en las localizaciones: Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, entre La Coruña y Vigo y entre Bilbao y San Sebastián. Y aunque circuló la información que el ganador era Unión Radio SA, en julio de 1930 el concurso se declaró desierto.

Otra oportunidad, esta vez establecida la Segunda República en 1931, que recupera la idea de 1929 para ver si hay alguien interesado en ella de nuevo. Y los hubo, pero el concurso se anula en octubre de 1932 debido a ciertas informaciones de complot entre el director de Telégrafos y las empresas Philips y Marconi a partir de la denuncia, que no llegó a ser publicada, del director de Unión Radio, Ricardo Urgoiti.

Y de aquí pasamos a 1934 cuando se presenta por tercera vez el Servicio Nacional de Radiodifusión, aunque llamado Plan Nacional de Radiodifusión. Este se basaba en diez estaciones difusoras, una de onda larga en Madrid y nueve de onda media que serían llamadas de esta manera: centro (en Madrid), Nordeste (en Barcelona), Este (en Valencia), Sur (en Sevilla), Noroeste (en La Coruña), Norte (en Vizcaya), Canarias (en Tenerife) y dos repetidores en Murcia y Oviedo. Con todas ellas se pretendía llegar a todo el país, teniendo a centro, nordeste y sur como las más potentes con 50 o 60 Kw. Se presentaron cuatro ofertas, pero el concurso no se acabó resolviendo.

Con la dictadura se crea la red de Radio Nacional de España, todo bajo titularidad pública, primero con la idea de competir a nivel local con las emisoras de explotación privada existentes pero que, a partir de los años 60, recupera la idea de 1934 con una programación centralizada y difundida a través de pocos emisores de gran potencia en todo el país, manteniendo el nombre con el que se bautizaron a la mayoría de estas estaciones.

Eso sí, todos los que pensaron que con poco y grande llegarían a todo el estado pecaron de optimismo ya que la red se fue ampliando con emisores de mediana o baja potencia a finales de los 70 y durante los 80 hasta llegar a la red actual que llega, o al menos llegó, con buena señal a todo el territorio.

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