Hasta que un juez no diga lo contrario, todo lo implicado en un caso es supuesto. Así que lo de hoy todo es supuesto. Y ya sabréis que por el título hablaré del tema del momento, aunque en la Cadena COPE se haya zanjado con un gran silencio: la supuesta estafa de Guillermo Valadés al equipo de deportes de la cadena propiedad de la conferencia episcopal. Todo lo que se conoce es a través de diferentes medios que han ido indagando sobre el tema, sin dar nombres de quien ha podido ser la o las personas que han ido proporcionando los argumentos esgrimidos sobre el hecho.
Antes de todo, un poco de historia por si alguien anda perdido. Guillermo Valadés, uno de los históricos del grupo de Paco González desde los tiempos de la Cadena SER y que dirigía la web del programa ‘Tiempo de juego’, comunicó a sus compañeros que padecía cáncer y que el tratamiento, que se iba a realizar en la Clínica Universitaria de Navarra, iba a costar 400.000 euros. Mucho dinero para una persona, a no ser que se haya nacido rico o te hayas hecho millonario con apuestas, por herencia o por ser muy ahorrador.
Como la cantidad era muy grande se decidió que el dinero iba a ser aportado por el fondo del equipo de deportes. Todo solucionado. Entre compañeros se ayudan, entre amigos se ayudan y a la familia se le ayuda. Los tres grandes pilares que se pueden aplicar a este grupo de personas, o al menos eso es lo que se puede destilar de lo que se ha ido comentando en los últimos días. Y también se puede escuchar en la entrevista que le hicieron los chicos de ‘Butaca 106’ a Pepe Domingo Castaño.
Las cantidades aportadas serían de 10.000 euros semanales o mensuales, según quien cuenta la historia, que serían entregadas a Guillermo Valadés y que él iría pagando a la clínica. Hasta aquí, ningún problema. Pero habría que pensar como “Hannibal” Smith de ‘El equipo A’: “me encanta que los planes salgan bien”. Y en este caso la cosa se torció al decir una persona que lo que comentaba el enfermo no coincidía con la evolución de su enfermedad. Además, según parece, el propio Valadés pedía más dinero para costear el tratamiento.
Al final el pastel se destapa con una llamada a la Cínica Universitaria de Navarra donde afirman que no hay ningún paciente llamado Guillermo Valadés. Acto seguido se le convoca por el equipo de deportes para que dé una explicación sobre el tema. Según parece, y aún se sigue elucubrando, sus compañeros no le reprochan absolutamente nada al conocer que no padece cáncer y que el dinero que fue recibiendo no iba para tal asunto. Es más, intentan saber qué es lo que le ha llevado a realizar o pensar esta historia. Y no hay respuesta. Ante tal cosa, se le retira de sus labores entre el 19 y el 21 de abril, para en días posteriores no ser nombrado por Pepe Domingo Castaño en la presentación de ‘Tiempo de juego’. Y el dinero aportado, debería ser devuelto.
Oficialmente, por parte de COPE y de su redacción de deportes, no se sabe nada. Todo lo anterior lo ha destapado ‘El Confidencial’ y la intrahistoria ha sido averiguada por el periodista de ‘El Mundo’ Quico Alsedo. Y no fue Paco González que prefirió no decir nada y esperar al martes 25 de abril para decir en la antena de la COPE una especie de editorial que se resume con dos frases: “Lo sentimos, y lo volveríamos a hacer”, y “… cualquier ayuda desde el corazón está bien hecha”. Quizás entonces estaba todo prácticamente dicho por parte del resto de medios, y siempre con la premisa del “piensa mal y acertarás”.
Lo más importante, es un tema que implica a un número de personas determinado y, en un segundo plano, a la empresa privada que les paga. Conocer más sobre el tema les implica a ellos, y son ellos los que deben resolverlo, si quieren. Es entonces cuando uno recuerda los motivos por los que la relación entre Paco González y la Cadena SER se rompieron, produciéndose la salida del profesional. Se decía que realizó una defensa a ultranza de sus compañeros de ‘Carrusel deportivo’ a los que se les implicaba en gastos excesivos, además de alguna otra historia de madrugada que implicó alguna llamada de atención por parte de la empresa.
Todo esto me recuerda al dicho popular “bien me quieres, bien te quiero, no me toques el dinero”. Aunque en este caso, parece que del dinero no sabe nada.
