Si el pasado sábado pude escuchar las emisoras de onda media de la RAI de Lombardia y Toscana, el domingo se hizo público que en otoño del 2022 cesarán sus emisiones al no renovar el contrato de servicio. El motivo: el alto coste que supone emitir en esta banda, y más en los tiempos que corren. Desconozco si el alto coste que aducen las cadenas de radio por emitir en streaming llega a los mismos niveles, pero esta última apuesta se mantiene.

A estas alturas es normal que emisoras de onda media en Europa vayan cayendo ya que además, en la gran mayoría de casos, su señal está desdoblada o triplicada en FM o DAB, según el país.

Francia cerró de golpe todas sus France Info (antiguamente Flance Bleu) porque la cobertura en FM era excelente. En el Reino Unido van cerrando poco a poco aquellas que han pasado sus oyentes al DAB. Alemania fue otro de los países que las fue cerrando sin prisa pero sin pausa. Holanda y Bélgica siguen el mismo camino. Y en España … pues nos gusta la marcha. Buena parte de las emisoras de aquí siguen emitiendo, algunas con un pequeño retoque de potencia por aquello de gastar menos. Y sí, algunas han cerrado por parte de COPE, Radio ECCA, Ràdio Terrassa y COM Ràdio porque algunas ya tenían una sustituta en FM que les rendía mucho mejor en audiencia, o directamente ¿para qué mantener el tinglado?

Aunque hoy día sigue habiendo gente que escucha radio en onda media, atrás quedaron aquellos tiempos en los que algunas empresas veían como sus accionistas se separaban y se repartían las frecuencias, dándole más valor a la OM (radio generalista) que a la FM (radiofórmula) por aquello que la radio generalista era la que más recaudaba y con mejor cobertura, dejando a la segunda con una programación musical con la que, al menos en los años 80, no se sacaba tanto rendimiento económico. Que se lo digan a Radio Miramar, Cadena Catalana Barcelona y Radio Intercontinental, que pensaron en una OM eterna, quedándose desprovistas de un plan B que la aparición de Antena 3 Radio les hizo plantearse tiempo después.

Y llegó la crisis económica, los wifi con sus interferencias, el paso a la FM de buena parte de los oyentes y la dejadez cada vez mayor en el mantenimiento de ciertos centros emisores que comenzaron a ofrecer un lento declive, quedando algunos como auténticos muertos vivientes.

Ni tan siquiera el casi intento de revitalizarla que era la digitalización de su señal (el DRM) ha podido darle una nueva vida. Y todo por el alto coste que ello conlleva no solo para emisor, también para el receptor. Renovarse o morir, y prefirieron no renovarse pensando que eso de morir no va con ellos. Y siempre los gastos de por medio. Ni tan siquiera la radio pública, con sus grandes potencias y buen número de frecuencias se atrevió, y eso que estos sí que se pueden permitir el lujo de desconectar la onda media cuando quieran. La cobertura la tienen resuelta.

Así que contemplemos su desmantelamiento en el resto de Europa, sabiendo que en cualquier momento podremos tenerlo por estos lares.

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