Hace poco estaba desayunando en un local de una cadena de restaurantes de comida rápida y me llamó la atención el papel de propaganda que ponían en las bandejas. Estaba escrito que “este restaurante consume energía 100% renovable”. Quería haber ejercido mi labor de cliente y haber fiscalizado qué fuente de energía disponían cuando el local se encuentra en un centro comercial que está conectado a la red eléctrica. A lo mejor me hubieran enseñado su azotea y sus maravillosas placas solares, con lo que me hubiera mostrado más tranquilo al haberme vendido una idea que era verdad. Pocas veces la propaganda dice o muestra cosas reales.

Con la ecologista y progresista idea de que la electricidad se debe crear con placas solares y molinos de viento y que, además, debemos consumir mucha menos energía de la que consumimos me viene a la cabeza esa idea que de tanto en cuanto rescata el político valenciano Carles Mulet sobre la implantación de la radio digital DAB. Es verdad que un emisor de este sistema puede albergar a diferentes emisoras de radio, con lo que si en un poste salen 5 emisoras en DAB el consumo se reduciría al de una. Todo sea por economizar y no consumir en exceso.

Pero las empresas radiofónicas han optado por una opción más drástica: acabar con la cara y poco escuchada onda media. Así se quitan un lastre de encima y se quedan con la opción más escuchada que es la frecuencia modulada. A estas no les hables de pasar a la radio digital porque supone un gasto añadido que no pretenden asumir: emitir en FM y DAB a la vez. Aquí la reducción de la factura eléctrica viene dada por el balance de resultados de oyentes y publicidad. Lo del consumo … ya se irá haciendo algo, como el de emitir con señal monofónica como hace COPE en su programación convencional.

¿Y los oyentes? ¿Dónde podrían reducir su consumo eléctrico radiofónico? Pues después de lo del restaurante y en poco más de 24 horas me vinieron dos anuncios con una misma idea: un receptor de radio con placa solar para radio digital o analógica. El invento existe y algunos lo llaman radio de emergencia.

El receptor está equipado con una batería que es la que se va cargando con la ayuda de la placa solar, aunque si el día está un poco ‘pallá’ existe una manivela que al ejercer fuerza sobre ella dando vueltas se produce el mismo efecto. Todo sea por el ecologismo y la autogeneración de energía que tantos políticos europeos quieren conseguir. Bueno, que al menos sus votantes lo consigan.

El problema viene con la batería que da para escuchar la radio unas pocas horas, con lo que se hace muy recurrente desplegar las placas solares o darle a la manivela. Lo primero funcionará si hace sol, y lo segundo nos generará una bonita musculatura en el brazo que utilicemos. Las radios a pilas parece que son cosa del pasado, ya que la fabricación y supuesto reciclaje de estas es muy contaminante. ¡Como si fabricar una placa solar o una batería recargable no lo fuera!

Y que además los receptores no van a sobrevivir toda la vida. Algún día u otro acabarán por dejar de funcionar y arreglarlos nos supondrá casi el mismo precio que comprar uno nuevo, a no ser que se empiecen a vender aparatos eléctricos con un certificado que nos indique qué nivel de facilidad de sustitución de piezas tiene. Esto también existe, aunque en la práctica, y de momento, no sea muy cacareado.

De todas formas, hay que pensar en reducir el consumo eléctrico. El precio de la energía no se va a abaratar de la noche a la mañana y la solución la tiene que poner el usuario. Los políticos y fabricantes ya están lanzando sus particulares mensajes. Aunque han sido los primeros los que tuvieron la culpa.

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