El 3 de septiembre de 2021 se despedía de sus oyentes de Radio Nacional el periodista deportivo Chema Abad. Se jubiló aprovechando el momento en RTVE. Poco más de un año después hemos tenido que comentar su muerte a los 65 años. El que fue presentador de ‘Radiogaceta de los deportes’ y ‘Tablero deportivo’ dejaba en la memoria colectiva 43 años de historia radiofónica sin que dijera una palabra más alta que la siguiente, o al menos muy pocas veces lo hizo. Siempre con un estilo quizás clásico, pero que le catalogaba como uno de los pocos señores de los deportes de la radio.

En la competencia ha tenido a José María García, genio y figura donde los haya, a José Ramón de la Morena, a Paco González, a Manu Carreño, a Agustín Castellote, a Edu García … y así podría estar un tiempo más.

Muchos estaréis de acuerdo en una cosa: los programas deportivos han evolucionado a una especie de guirigay radiofónico donde el deporte muchas veces deja de ser lo esencial. Y en esto ha tenido mucho que ver dos aspectos. El primero la aparición de José Ramón de la Morena en los programas deportivos nocturnos, rompiendo el anquilosamiento establecido por José María García en esas horas. Y segundo la emisión de los partidos de las jornadas de fútbol en forma maratoniana, uno detrás del otro, debido a la aparición de los canales lineales de televisión de pago, evitando así la emisión simultánea de varios partidos que sí ocurría hasta el momento del pago por visión.

Voy por partes: De la Morena aportó un nuevo aire, totalmente diferente, mucho más abierto y de lenguaje llano, con aquellas trifulcas con García para intentar vender quién era el bueno y quién era el malo. Pero no contribuyó a mucho más. El lenguaje llano acabó imperando, dando a conocer que lo de la cultura general quedaba muy lejos de los parajes deportivos.

Voy a lo segundo: Que los partidos de fútbol se jueguen uno detrás de otro hizo que desapareciera la retransmisión estilo carrusel donde se conectaba ahora con un partido, ahora con otro, para saber el minuto y resultado. Todos se estaban jugando a la vez. Ahora impera, salvo las dos últimas jornadas de liga, la retransmisión de partidos individuales con lo que las maneras han cambiado … bueno, ya lo hacían en competiciones deportivas europeas o de la selección española, además que lo de emitir un único partido de fútbol es muy normal en las emisoras locales donde se sigue al equipo o equipos de la ciudad. Pero esto desde la central y en cadena en cuanto a la liga ha hecho cambiar el chip a más de uno. No siempre el partido es tan trepidante como para estar atentos a lo que está pasando segundo a segundo. Esto ya lo decía Alfonso Arús en algunos de sus ‘Força Barça’ cuando entre él, Sergi Mas y Xavi Martín desarrollaban un gag radiofónico que podía durar bastantes minutos, explicando después que si no describían nada del partido era porque no sucedía nada importante en el campo.

Esto ha generado que muchas veces en los programas de antigua cuña carrusel se termine hablando de otros temas que a veces deja mucho que desear. Parece que al mundo de la información deportiva no se le puede exigir que sea muy de cultura general. Parece que ya es bastante saber cómo funciona el reglamento futbolístico. Del resto se llama a lo sumo a un experto que desasne al público y al propio presentador y sanseacabó.

Aquí se puede traer a colación a Juan Carlos González ‘Xuáncar’ cuando en la ceremonia de apertura del Mundial de Qatar dijo lo de “no sé si esto es un mono” cuando apareció Ghanin Al Muftah, una persona discapacitada. Antes de decir cualquier barbaridad sería mejor callar y observar. El micrófono no tiene que incitar a que la persona esté hablando todo el rato.

Aunque el rey de todo este asunto ha sido José Ramón de la Morena, y así vuelvo al primer punto en un estado circular. Su capacidad para demostrar que lo de tener que decir algo era muy propia de él aun sin tener idea de lo que se hablaba la enseñó varias veces en antena. Voy a recordar dos. Una con el exfutbolista Gerard López cuando este le comentó que sus hijos tienen los nombres de Aquiles y Atenea porque le gusta la cultura griega, a lo que De la Morena apostilló con un “¡A ver si vas a tener otro y lo vas a llamar Obélix!”. “¡Está loco este José Ramón!”, diría el personaje de Goscinny y Uderzo.

No se quedó corto cuando estuvo entrevistando a Antoine Griezmann y ante los tatuajes de este preguntó por dos, uno con la palabra ‘Hope’, en inglés esperanza, ya que según él faltaba alguna letra, y la otra confundiendo los idiomas francés y árabe.

Está visto que el estilo de Chema Abad no acabó imperando.

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