Creo que la resaca del último Estudio General de Medios ha pasado lo suficiente como para comentar lo de siempre: son los mejores a forma individual. En cuanto al colectivo, que cada uno saque sus conclusiones, no vaya a ser que se alabe al enemigo a batir y salga alguna urticaria o salpullido que los inhabilite de por vida en el medio en el que se trabaja.
Los únicos que han cacareado que sus niveles de audiencia han subido han sido los de Onda Cero y Canal Sur, precisamente dos cadenas que no están en su mejor momento y que cualquier empujón, por pequeño que sea, les parece un gran salto. Onda Cero se congratula de haber ganado en el último año. No está mal el dato que ha alcanzado que los lleva a los 2.101.000 oyentes, la ganadora en generación de nuevos adeptos, con 250.000 más, ya que COPE suma unos 120.000 y la Cadena SER se deja 80.000. Parece ser que la tendencia que sigue el público no termina de ser apercibida por las dos cadenas que quieren disputarse el primer puesto. Una especie de aplicación del cuento de ‘la liebre y la tortuga’, aunque en este caso hay dos liebres guerrilleras que no quieren darse cuenta de lo que está pasando por detrás.
En cuanto a Canal Sur suma 52.000 más que hace un año situándose en 263.000. Siguen sin tener los datos que lucían antaño y con los que podían presumir, pero nunca está de más enseñar el aprobado raspado ante tus padres y decir que al menos no ha venido suspendido. Estas son las artes que no cambian.
Pero ahora viene el alirón conjunto, la nota de prensa que les ha puesto de buenas. Todas las cadenas generalistas se han dado una palmadita en la espalda y han sacado a relucir que se han ganado 277.000 oyentes en el último año, además de publicar que el 57% de la población ha dedicado una media de 170 minutos diarios a escuchar la radio esta temporada. Lo que no se atreven a decir es que la media de edad de sus oyentes sigue siendo alta: entre 45 y 54 años. Conocen el tema, pero no se atreven a aplicar los cambios necesarios como para rebajar esta media.
Las cosas les funcionan bien si sacamos a relucir el tercer dato que han sacado a la luz: la facturación ha crecido un 11% entre enero y mayo, teniendo en cuenta que la media de crecimiento del mercado ha sido del 3%. ¿Para qué cambiar si en materia económica van bien? Las palmaditas en la espalda empiezan a hacer daño, pero ‘la sarna con gusto no pica’.
Tanto simposio y foro sobre el futuro de la radio les ha enseñado que para mejorar los datos hay que realizar una serie de cambios profundos que nadie se atreve a aplicar por el tema de cómo repercutirán en el balance de resultados. Se sabe perfectamente que cuando se quiere aplicar una nueva estructuración se necesita tiempo para ganar oyentes. La radio siempre ha funcionado así. Salvo casos muy concretos, como el de ‘Al tran, tran’ en COPE, las nuevas apuestas han sido a largo plazo valorando una pérdida inicial que al consolidar el producto generara beneficios. Al contrario de la televisión donde se comprueba a diario si una cosa funciona o no, retirándola fulminantemente y sustituyéndola por otra fórmula muy diferente. La radio no puede tener esa rapidez en gran medida porque sus resultados se publican tres veces al año. Este es su gran lastre que a todos les gusta. Se aplica otra vez lo de ‘la sarna con gusto no pica’.
También se saca a relucir que la radio es el medio con más confianza, pero no se dice con qué niveles, y aquí me remito al estudio de la agencia Reuters y la Universidad de Oxford en el que la confianza no llegaba al 50%. Acordaros los mayores del lugar que cuando nos aprobaban con un 4,5 éramos los engañados más felices del mundo.