Intentar contar lo que quiero exponer resulta contraproducente, ya que muchas cosas se van a quedar en el tintero, pero no es cuestión de soltar parrafadas y que os quedéis a medias porque os canséis de leer. Así que voy a ser lo más breve y conciso que pueda.

Era el domingo 7 de abril de 2002. José María García lo resume de manera excelente a Vicente Ferrer en su libro ‘Buenas noches y saludos cordiales’: “Sabía que al día siguiente no me sentaría ante el micrófono”. No dijo nada durante el programa. Acabó y se fue. El ‘Supergarcía’ en Onda Cero de aquel día fue el último que presentó y desde entonces vive lejano de la radio.

Su última etapa en Onda Cero parecía que iba a ser espléndida. Llegaba en agosto del año 2000 a una de las empresas que más guerra estaba dando a nivel mediático frente a PRISA, Sogecable y la Cadena SER, que dominaban el cotarro futbolístico al tener los derechos de la liga en formato de pago por visión en su plataforma Canal Satélite Digital. Telefónica había creado la suya, llamada Vía Digital, y para hacerla atractiva necesitaba disponer también de los partidos de fútbol. Aquello generó una lucha de medios, llamada ‘la guerra del fútbol’, en la que se vio involucrado José María García que veía en Telefónica Media, la dueña además de Antena 3 TV y Onda Cero, el suficiente poder como para hacer frente al llamado ‘imperio del monopolio’ de Jesús de Polanco. Dejaba la Cadena COPE por haberse convertido en el ‘ejército de Pancho Villa’ y así luchar contra la Cadena SER porque, según él, ya no iba a ir con un tirachinas. Aquello le sirvió a José Antonio Abellán, su sustituto en la cadena de la conferencia episcopal, para dar nombre a su programa deportivo nocturno. Ni que decir queda que heredó la emisión conjunta en COPE y Cadena 100 que impuso García unos años antes, ante el avance de audiencia de ‘El larguero’ de la SER, y que provocó la salida de Rafel Revert del proyecto Cadena 100.

José María García firmaba ser el mandamás de Telefónica Sport, la filial dedicada a deportes, gestionando todos los contenidos de esta índole. No solo aterrizaba él, ya que buena parte del grupo que tenía en COPE habían hecho el cambio hacia Onda Cero. El problema es que llegaba a una casa con bastantes egos individuales, a los que se sumaba el suyo.

Año tras año veía cómo su puesto no valía nada. Comprobaba que tras la puerta de su despacho se movían y cocían más cosas que en el suyo, incluso en política, y la gota que colmó el vaso fue el acuerdo entre Sogecable y Telefónica para fusionar sus plataformas de televisión, que acabaría llamándose Digital+ y la convertiría en la dueña y señora de los derechos del fútbol. Se hizo público el 8 de mayo de 2002, casi un mes después de la salida de García, que cumpliría una vez más su máxima de “me voy cinco segundos antes de que me echen”. Un genio y figura que le ha mantenido fuera de los micrófonos.

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