Con la entrada de hoy voy a hacer un poco de historia. La libertad de expresión es el, tan comúnmente recordado por algunos, derecho a la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole. Al menos así lo define la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 19. Todo muy bonito siempre y cuando los atacados o vilipendiados no seamos nosotros mismos, momento en que podemos mandar al carajo la susodicha libertad.
Cuando se habla de ella en España siempre viene a la cabeza el período de dictadura que tuvo al país con censura durante 40 años, teniendo en cuenta que la Declaración Universal fue aprobada en 1948 y Franco llevaba unos años como Generalísimo. Pero incluso sin la declaración en vigor y sin dictadura, en España se ejercía la censura y la privación de libertad de información cuando convenía, y la radio no estaba exenta de ello. También se achaca a Franco la creación del doblaje, cuando fue un invento de las productoras americanas en 1928, justo cuando el cine sonoro empezó a comercializarse.
Volviendo a la libertad de expresión, la doctora y periodista Cristina Natal Gutiérrez, que actualmente trabaja en la RTPA, realizó el pasado 24 de marzo una conferencia en la Universidad de Oviedo sobre ‘La comunicación y propaganda a través de la radio’. Allí recordó que “la radio era la voz de los partidos públicos para emitir y hacer llegar sus mensajes a la población” durante la II República, con lo que jugaba un papel estratégico, y más en la llamada Revolución de 1934 ocurrida en octubre de aquel año cuando el gobierno de la CEDA declaró el estado de guerra anulando las emisiones de radio. Por entonces en Asturias operaban dos estaciones: Radio Asturias, desde 1926, y Radio Gijón, desde 1933.
Pero como bien recuerda Cristina la censura no solo estuvo ahí, si no que previamente, para las elecciones de 1933, “el Gobierno se guardaba el permiso de emisión de contenido”, teniendo incluso un censor en la propia emisora que revisaba todo el contenido que salía en antena. Y que conste que por aquel entonces Franco no era Generalísimo. Es más, y esta la pongo de mi parte, cuando desgraciadamente estalló la guerra civil en julio de 1936, todas las radios cayeron en manos de la propaganda política, tanto las de un bando como las del otro.
La radio, desde su aparición en España en 1924, ha sido susceptible de ser tomada para emitir todo tipo de mensajes políticos, sean los que sean. Era y es un medio importante, aunque ahora no lo parezca.