20250613 Ponga un 25 por ciento en su vida

Desde que era pequeño escucho que al catalán le quedan 40 años de uso hasta su total olvido. Como la gasolina, que pasan y pasan los años y siguen quedando reservas para 40 años. Y tanto una cosa como la otra han ido sobreviviendo. La primera a base de imposición, y la segunda porque se van encontrando nuevos yacimientos.

Las imposiciones siempre caen mal, son odiosas y acaban generando uno o varios movimientos de repulsa, teniendo en cuenta que el número de movimientos irá con el grado de afinidad política o terrenal.

Una de estas imposiciones del catalán se produjo hace unos 30 años, cuando la Generalidad aprobó que todas las emisoras públicas y licencias de radio privada que estuvieran en su dominio tenían que emitir el 25% de la programación en catalán. En la radio generalista se pusieron manos a la obra casi desde el primer momento, aunque acabaran relegando ese 25% al horario nocturno, acabando de cumplir en las horas de desconexión establecidas por las cadenas durante el horario diurno.

Las emisoras musicales tuvieron una tregua que ha durado hasta hace pocos meses, cuando el Consejo Audiovisual Catalán ha dado el visto bueno a la implantación para que se haga en los próximos meses, tras un período de adaptación, en su caso en cuanto al tema de la música radiada.

Cuando salió este tema hace 30 años, la primera que tuvo que dar ejemplo fue RAC105, entonces explotada por la Corporación Catalana de Radio y Televisión. No sentó muy bien al equipo que llevaba su programación ya que habían adaptado su fórmula con un buen resultado de audiencia, tampoco era para tirar cohetes, pero poner el 25% de la música en catalán suponía una pérdida de oyentes que la entonces radio pública debía de permitirse, a pesar de sus responsables.

Las radios privadas estuvieron tonteando con el tema. La primera en hacerlo fue Cadena 100, que intentaba llegar a ese 25% poniendo antes de las señales horarias unos tres minutos de algún grupo musical catalán, aunque se acabaran repitiendo hora tras hora.

En las emisiones en prueba de Flaix Bac, la voz de Miquel Calçada anunciaba que en esa radio se podrían escuchar los éxitos de los 70 y 80, incluyendo a los del movimiento de la ‘Nova Cançó’. Esto último era un total atrevimiento ya que eran canciones que no se escuchaban en una emisora de radio comercial desde hacía años, y por supuesto si sonaron, sonaron poco ya que el giro del estilo musical de esta cadena catalana fue de 180º.

Su emisora hermana, Flaix FM, intentaba llegar a ese 25% con todo lo que hubiera en catalán, llegando a tener en lista el ‘Llum, foc, destrucció’ de la serie Dragon Ball cantado por Jordi Vila. Y actualmente ni se les ocurrirá hacerlo.

Lanzar un 25% de música en catalán supone emitir seis horas cada día de la semana. Y aunque el consejo audiovisual ha remarcado que existe la posibilidad de poderlo hacer con, parece, el gran número de solistas y grupos catalanes existentes hasta la fecha, las radios comerciales se han puesto a librar batalla.

Así se lo han hecho saber todas, y cuando digo todas es que son todas, las radios comerciales catalanas, al menos las que emiten en cadena. El problema que plantean es el perjuicio económico que se les puede ocasionar si se acaba implantando este sistema de cuotas, y han pedido que el porcentaje se adapte al tipo de música que cada cadena emite.

La respuesta del consejo audiovisual ha sido un ‘verdes las han “segao”’, ya que estima que, como consejo audiovisual que es, puede obligar a lo que sus componentes quieran a todos aquellos que disfruten de una licencia en Cataluña.

Como he pretendido decir antes, a las quejas de Ábside Media, Atresmedia y PRISA se han sumado las emisoras de los grupos Teletaxi, Godó y Flaix. De Teletaxi no es de extrañar ya que, aunque Justo Molinero lo intentó hace años, sus oyentes son reacios a todo aquello que no suene en español. Y la catalanidad de las dos últimas se puede llegar a discutir cuando la obligación de llegar a la cuota les hace plantear un panorama económico pobre, vislumbrando que sus oyentes se puedan ir a otros sitios, dejándolos casi con una mano delante y otra detrás.

Son seis horas diarias que habrá que rellenar como sea, aun con perjuicio para la cadena de radio y es que, como bien dice el consejo audiovisual, las reglas del juego ya estaban establecidas desde hace tiempo y todas las licencias se han ido renovando o entregando bajo esta norma que en unos meses será de obligado cumplimiento.

Ya he dicho que las obligaciones caen mal, son odiosas y acaban generando uno o varios movimientos de repulsa. Creo que nadie se esperaba que la totalidad de las cadenas que operan en Cataluña hayan presentado las alegaciones pertinentes. Y de momento van perdiendo el encuentro. Habrá que comprobar hacia dónde deriva el asunto.

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