Sony DAB

Si no te has leído la anterior entrada sobre este tema, mejor que te la leas. Resumir un resumen es como hacer un clon de un clon: siempre te dejas algo y sale algo deforme. Así que voy a continuar con el tema, en este caso cómo reaccionaron las empresas concesionarias.

Quien haya visto el listado de concesiones comprobará que se encontraban tanto emisoras existentes como de nueva creación. Lo clásico frente a las nuevas alternativas que podían ocasionar un vuelco a las audiencias si los experimentos salieran bien, y más con la perspectiva de lograr una cobertura estatal con una licencia. Y en este caso siempre pongo el ejemplo del titular del brazo escrito del Grupo PRISA, El País, que el 11 de marzo del 2000, el día después de las primeras concesiones, tenía este titular: “Cuatro grupos que no operan en el sector obtienen sendas concesiones de radio digital”. Se señalaba que parte de los adjudicatarios disponían de licencias en frecuencia modulada pero que o bien no se habían puesto en funcionamiento o estaba alquiladas ¿Alguien cree que esto era una declaración de intenciones de lo que iba a pasar?

Para darles la razón, hubo dos únicas apuestas entre todas esas empresas: Punto Radio por parte de ABC, y El Mundo Radio de Unedisa. El resto o bien repetían las señales emitidas en analógico (como SER, COPE, Onda Cero y Radio Nacional) o imponían un hilo musical repetitivo a la espera de buenas perspectivas o, mejor dicho, un futuro con una mejor implantación y fama para la radio digital. Pues a los pocos meses Punto Radio como intento de emisora generalista cerró, y El Mundo Radio acabó rápidamente en modo hilo musical, superadas por la falta de movimiento que no producía ingresos para sus apuestas.

¿Por qué se produjo una desilusión tan rápida? Corre el rumor que la culpa la tuvo el grupo de emisoras clásicas (SER, COPE y Onda Cero) que casi no invitaban a la gente a que diera el salto al nuevo soporte de recepción. Así las exclusivas en Radio Digital no podían ofrecer una muestra de sus ofertas al gran público a no ser que se dispusiera de un receptor de esta nueva banda, cosa que se podría antojar un tanto difícil por el elevado precio de los aparatos, que por entonces estaba, tirando por lo bajo, las 20 mil pesetas, unos 120 €.

La única que apostó al inicio para ayudar al oyente fue Intereconomía, que quiso aprovechar la oportunidad ofreciendo un receptor a un precio un poco más asequible. Pero aquello fue otra de las propuestas que acabó cayendo en agua de borrajas en vista del poco movimiento que se producía.

También hay que hacer notar que el gobierno del país no hizo absolutamente nada al respecto, limitándose a la aprobación del Plan Técnico Nacional, la asignación de licencias estatales, y ya está. Ni un movimiento más en forma de publicidad institucional o cambios legislativos a favor de esta tecnología. Y los autonómicos, menos.

Lo que tenía que ser el revulsivo de la radio en España, siendo junto al Reino Unido uno de los primeros países en su implantación, fue decayendo hasta la reducción de cobertura de 2009, quedándose en el vagón de cola. Pero aún y con esto, las licencias no han estado quietas.

Unedisa ha alquilado su canal durante un tiempo a esRadio; Radio España, SRDT y Onda Cero cayeron bajo el mismo paraguas de Planeta, teniendo en el primer canal a Melodía FM y en el segundo a Europa FM, pero este último se acabó vendiendo en 2014 a Radio María; Punto Radio volvió cuando se creó la cadena en frecuencia modulada, pero desde que cesó sus emisiones está alquilada a COPE emitiendo la señal de Cadena 100; y la licencia de Quiero Radio se vendió a Kiss FM.

Movimientos ha habido, con lo que interés hay (supongo que) a la espera de ese relanzamiento que todos estamos esperando y que aún no se produce. Aún queda otra entrada más sobre el asunto.

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