Siempre se ha dicho aquello de que los toreros que decían que se retiraban acababan volviendo al ruedo, incluso con edades que deberían hacerles plantear que su momento ya ha pasado, aunque sigan teniendo cierto movimiento de cintura que está más cerca de una ruptura de cadera que de bailar el limbo.

Cuando pensaba que Josep Cuní acabaría retirándose al acabar ‘Aquí amb Josep Cuní’ en SER Catalunya, la SER+ catalana, resulta que tenía un as en la manga. En los últimos días El Confidencial Digital ha publicado que el nuevo destino del periodista catalán va a ser la nueva programación de Radio Nacional de España, y más concretamente el informativo nocturno ’24 horas’ que hasta finales de la temporada pasada dirigía y presentaba Sandra Urdín.

Si mi memoria no me falla y algún hater no lo soluciona, creo que es la primera vez que Cuní hace algo para la radio pública estatal. Tras Radio Barcelona, Radio Juventud, Ràdio Terrassa, Catalunya Ràdio, COM Ràdio, Ona Catalana y SER Catalunya le faltaba el cromo de Radio Nacional. En televisión ha estado en la autonómica pública TV3 y la privada catalana 8tv además de colaborar en laSexta. Ha picado todos los palos.

Su incorporación a Radio Nacional se plantea como la ruptura de aquella máxima que se realizó en 2012 cuando se despidió a Juan Ramón Lucas y a Toni Garrido: aquí solo a gente de la casa. Sé que esta historia la tengo muy manida, pero siempre es bueno recordarla. Bien es verdad que quien dijo aquello ya no trabaja en la emisora y que los actuales dirigentes buscan reflotar las audiencias que se encuentran en número bajos.

La contratación de Josep Cuní por parte de Radio Nacional supone un planteamiento conservador. Ya se sabe por dónde van los tiros del periodista que siempre se ha rodeado de gente mucho más joven a la que dar la oportunidad, aunque no se haya terminado notando. Lo más probable es que el periodista desembarque con su productora ‘Broadcaster Audiovisual Services’, propiedad de la familia Cuní, con lo que entraríamos en el tema de externalizar la producción en la radio pública.

Con 68 años a sus espaldas va camino de hacer un Luis del Olmo radiofónico, una especie de ‘hasta que el cuerpo aguante’, una evolución que se va contemplando en el resto de las cadenas con profesionales con la edad de jubilarse, o cerca de ella en algunos casos, pero con intención de seguir adelante y sin visos de encontrar un sustituto válido.

Sea lo que fuere, otro planteamiento que anoté hace unos días es la catalanización de la parrilla de la radio pública: Samanta Villar, Carles Mesa y Josep Cuní ocuparán la mañana, tarde y noche que, lo más presumible, se realicen desde los estudios de Radio Nacional en Barcelona, deslocalizando la producción de ‘La casa de la radio’ de Pozuelo de Alarcón, cosa que intuyo puede no gustar en algunos sectores de la sede central. De Pepa Fernández no digo nada porque comenté también que le gusta viajar y no considero que esté muchas semanas en Barcelona.

Todo para remontar unas audiencias con la idea cortoplacista, cosa que no acompaña con la idea de radio donde todo nuevo proyecto siempre es con resultados a largo plazo.

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