Pocas cosas se pueden echar de menos en la radio. Pero las que caen en el saco del recuerdo perpetuo casi siempre acaban saliendo a la luz pidiendo un pronto regreso. Guillermo Fesser y Juan Luis Cano, o lo que es lo mismo Gomaespuma, son las personas idóneas para entrar en este grupo. Es normal que lo hagan: dejaron un más que buen recuerdo en su primer paso por M80 Radio durante el período de 1995 a 2002.
Comenzaron a dar la tabarra radiofónica en Radio Madrid con ‘El flexo’, junto a Santiago Alcanda y Jaime Barella, y desde los comienzos de Antena 3 Radio sin Barella, aunque tiempo después Alcanda hizo que Gomaespuma se quedara en el dúo que hemos conocido.
Su último programa en las tardes de Onda Cero entre 2005 y 2007 no terminó de dar lo mejor de ellos ya que el humor se reservaba a ciertos tramos del espacio dedicando buena parte a entrevistas y secciones estilo magazín. Más que nada porque el tramo de 16:00 a 20:00 lo reclamaba, o quizás lo reclamaba la cadena queriendo hacer la competencia al resto de cadenas generalistas con algo del mismo formato. Posiblemente hubiera sido otra cosa si durante esas horas se hubieran dedicado plenamente al humor, en lo que son unos maestros. Alguno dirá que tienen el título de periodistas, pero digamos que lo del humor lo han llevado mucho mejor.
Por aquel entonces Guillermo Fesser ya residía en Estados Unidos y que todo el peso de la presentación recayera en Juan Luis Cano también implicó en que la esencia Gomaespuma se resintiera, únicamente recuperada una vez a la semana por la grandísima Cándida Villar y sus críticas de cine. Desde su salida de Onda Cero solo han realizado algunos proyectos televisivos, aquellos en los que los dos componentes del dúo han podido realizar el trabajo juntos, como el que hicieron por breve tiempo en M80 en 2015, pero tan breve que casi nadie se acuerda de aquello.
En 1995 crearon la ‘Fundación Gomaespuma’ que intenta ayudar en la educación de niños y familias con escasos recursos en lugares empobrecidos, y con ella han conseguido realizar bastantes proyectos en España, África y Sudamérica. Aquí el trabajo a distancia se puede hacer sin ningún problema y sin que se resienta el producto final.
Es por la fundación por la que se han dejado querer otra vez por los medios. Son simpáticos, agradables, con muy buen humor. ¿Qué más se les puede pedir? Pues lo mejor de todo, que vuelvan a estar juntos, aunque sea por unos días y para promocionar una cena solidaria bajo el nombre ‘Enamoraos de Gomaespuma’ que se celebró el pasado 14 de febrero en el Asador Sagasti de Madrid y al que convocaron a 200 personas que quisieran cenar con ellos y que además estuvieran dispuestas a pagar al menos 100 euros el cubierto. Todo además para recordar los mejores momentos que le vinieran a la cabeza.
Fesser y Cano han estado durante unos días promocionando la cena en diferentes medios y ruedas de prensa donde han vuelto a demostrar que el ingenio no se ha perdido y que están mejor unidos que no separados, aunque la separación no ha sido en ningún momento por las malas.
Aprovechando su aparición física en formato dúo por período efímero, todos los que les han hecho alguna pregunta han sacado el tema de su vuelta a las ondas o si echaban de menos sus buenos años radiofónicos. La respuesta ha sido siempre la misma: el recuerdo es bueno, ellos siguen trabajando puntualmente, pero la vuelta de ‘Gomaespuma’ no se volverá a producir. ¿Los motivos? ‘Gomaespuma’ pertenece a otra época, aunque ‘Gomaespuma’ siempre se es. No acusan un cambio en la forma de hacer humor, si no en la forma de responderlo por parte de la sociedad que te aplaude lo que cree lo que es bueno y apalean hasta la muerte lo que creen que es malicioso. Es por eso por lo que aparece la autocensura, lo peor que puede pasar.
Me quedo con la idea de hacer más ‘Enamoraos de Gomaespuma’ en otros lugares de España. Lo han prometido. Todo sea por la causa de la Fundación. Y que para la próxima el equipo de Julia Otero realice un mejor trabajo de recopilación de datos. Un fallo pasa, pero dos en menos de 20 minutos … denota que hay que currárselo mejor. Guiño, guiño.
