
No habíamos salido de Herodes, cuando nos meten en Pilatos. El resultado de las elecciones autonómicas y municipales del pasado 28 de mayo precipitaron la convocatoria de unas nuevas elecciones, esta vez generales, para el 23 de julio. A fecha de esta publicación ya se está en campaña electoral, y estoy seguro de que casi nadie se ha dado cuenta porque llevamos con soflamas políticas desde el 29 de mayo. Y para darse a conocer más, por si alguien había olvidado sus caras y sus hechos, los candidatos se han volcado en los medios de comunicación. Y la radio no se ha escapado de ello.
Quien se ha ido prodigando más es el presidente Pedro Sánchez que ha ido a aquellas cadenas de radio y televisión que, según dicen, han sido muy contrarias a su gestión. ¿A todas las que han sido contrarias a su gestión? ¡No! En la Cadena COPE ni irá ni se le espera a pesar de la invitación para la realización de un debate en los medios de Ábside Media que hubiera sido moderado por … Carlos Herrera. Nos perdemos un debate entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijoo que auguro se habría realizado en la taberna ‘La Fresquita’ de Sevilla, entre buen beber y buen comer que seguro habría saboreado mejor Herrera que los dos candidatos. Tampoco aparecerá en esRadio, ni con Federico Jiménez Losantos ni con Luis Herrero, y eso que este segundo sí que ha pedido entrevista.
Volviendo al tema de la aparición de Pedro Sánchez en los medios parece, permitidme un poco de humor, que por número y tiempo se asemejan a las apariciones marianas. La primera fue con Carlos Alsina el 26 de junio en Onda Cero, donde no se había presentado en los últimos cuatro años. Bueno, ni en el suyo ni en muchos más, salvo la cadena de PRISA. El director y presentador de ‘Más de uno’ tenía contadas las veces que su adversaria en la Cadena SER Àngels Barceló lo había hecho: iban seis. Se lo recalcó en persona el pasado mes de febrero en el sarao que montó la Asociación Española de Radios Comerciales.
Alsina salió como siempre suele hacerlo: sin que se le escape nadie. Hay que certificar que sus entrevistas se parecen más a un cara a cara entre el periodista y el invitado, una especie de “zascas” sobre todo si es el invitado es político. Tiene sus razones y nadie se acuerda de algunas respuestas un tanto perdidas de entrevistados suyos, como aquella de Mariano Rajoy de “¿Y la europea?”.
Las otras dos apariciones que algunos medios califican como “terreno enemigo” han sido ‘El hormiguero’ y ‘El programa de Ana Rosa’. El resultado de estas tres entrevistas ha sido dispar, según a quien preguntes. Pero el meollo de la cuestión no se encuentra en si Pedro Sánchez ha salido ganando o no, o si se está prodigando mucho o quizás demasiado poco, o si esta táctica le favorece o no le favorece. La cosa está en que Àngels Barceló, la otrora beneficiada con las entrevistas presidenciales, realizó un alegato el 5 de julio en contra de todos los medios críticos con el presidente, precisamente a los que se está presentando este, donde se realizan “soflamas mañaneras con cierta inquina y en algunas ocasiones, faltando a la verdad”. También ha hecho un alegato a las formas de hacer periodismo que predicaba Iñaki Gabilondo, el Sancta Sanctorum de la Cadena SER, comentando que “no puede ser más importante el entrevistador que el entrevistado” para que se termine convirtiendo en un pulso entre los dos. Eso se llama debate “y con un entrevistado nunca hay que debatir”. Eso me recuerda a José Antonio Abellán, cuya máxima es que si invitas a alguien para hablar hay que tratarlo bien.
De todos esos “platós de televisión y aquellos estudios de radio” desde donde se ha entrevistado a Pedro Sánchez ha respondido uno, Carlos Alsina, que incluso ha pedido confirmación a su competidora Àngels Barceló para comprobar si uno de esos era él. Y Àngels se lo ha confirmado.
La respuesta de Alsina del 6 de julio, el día después, no se ha quedado atrás y ha invitado a la periodista de la Cadena SER para “conversar sobre el periodismo, las mentiras, las soflamas y la relación del presidente con los medios”.
Hay que decir que los tiempos han cambiado y que los métodos de realizar entrevistas también. Está el método amable, el semi amable y el crítico. Desde mi punto de vista todos los medios realizan los tres métodos a conveniencia de la ideología de la cadena o del programa con el entrevistado. La ventaja de Alsina respecto a algunos compañeros de cadena o de la competencia es que el método crítico se lo aplica a todos los políticos. Su alumno Rafa Latorre lo aplica en ‘La brújula’, y de momento mantiene los datos de Juan Ramón Lucas.
Que ahora desde los medios de PRISA acusen al resto de portarse mal con Pedro Sánchez, además de acusarles de dar voz a movimientos como Desokupa, suena un poco a pataleta. Recuperando el momento de Mariano Rajoy con Alsina, desde la SER nadie salió a protegerle. Y en cuanto a dar voz a ciertos movimientos o personajes, siempre se ha puesto el ejemplo de poder haber hecho una entrevista a Adolf Hitler. Todo el mundo tiene una entrevista, otra cosa es cómo se termina haciendo: con el método amable, el semi amable o el crítico. Sea cual sea la entrevista está para saber más del entrevistado y hacer ver por dónde cojea, aunque a cierta gente le guste la forma de cojear. Siempre y cuando conteste a lo que se le pregunta y no se vaya por peteneras, y es por esta razón que Alsina se decanta por el método crítico, el que a Àngels Barceló no le gusta porque eso no es periodismo, según ella y según Iñaki Gabilondo. Y a lo mejor, a algunos más.
En cuanto a “soflamas mañaneras con cierta inquina y en algunas ocasiones, faltando a la verdad”, soy el primero que recomienda escuchar y leer al máximo de medios posibles y así confeccionarse algo que se parezca a la realidad. Cada medio adapta la noticia como mejor le conviene. La disfraza y eso muchas veces es faltar a la verdad con soflamas mañaneras con cierta inquina contra alguien o un ideario político. Y de esto no se salva nadie.