Recibir un premio en vida es un lujo. Sea el que sea. Eso significa que alguien se acuerda de ti y que, a lo mejor, le gusta tu trabajo. Aunque siempre es mejor recibirlo de los primeros o, en su defecto, al poco de haberte dado a conocer. Aunque hay premios que se refugian en el reconocimiento al trabajo que se ha ido realizando durante años. Así parece que se guía el jurado de los Premios Mompeón Motos de Periodismo que entrega el diario ‘Heraldo de Aragón’ y que el año pasado se le entregó a Federico Jiménez Losantos.
Este año el galardón será entregado a Pepa Fernández, la directora y presentadora de ‘No es un día cualquiera’, el programa matinal de fin de semana de Radio Nacional de España. Un oasis de la radio española.
¿El porqué del oasis? Porque en su horario de emisión lo único que hay es entretenimiento con secciones de cultura, música, humor, … aunque también las tienen de temas poco tratados como el de las palabras moribundas. ¡Vamos! Lo que debe ser un programa de entretenimiento. Según Pepa Fernández en declaraciones a ‘Heraldo’ su ubicación en la semana lo permite.
Además, tiene a colaboradores con el nombre de José Luis Garci, José Ramón Pardo o Andrés Aberasturi, habiendo tenido en su momento a Forges, Juan Carlos Ortega o José María Iñigo.
Quizás por este buen hacer que lleva en antena desde 1992 es el que vio cierto director de la emisora para convencerla que se pasase a hacer el magacín diario de la mañana, que según mi opinión debió de negarse a hacerlo ya que es un tramo muy disputado en el que Radio Nacional no encontraba y sigue sin encontrar su hueco. Si el programa de fin de semana funciona bien, aunque no sea el más oído, mejor no lo toques.
¿Por qué funciona bien? Aunque la publicación del EGM te vaya indicando un baremo, lo mejor que se puede hacer es tantear el terreno de la mejor manera posible, ‘in situ’, aunque sea cara de realizar. ¿Qué quiero decir con el ‘in situ’? Salir a realizar el programa fuera del estudio de radio. Esto Pepa Fernández lo lleva haciendo desde tiempos inmemoriales y así tantea cómo va el asunto. No en vano se autoproclama como “el programa más viajero”, llegando incluso a sitios donde Radio Nacional de España se puede escuchar mejor en TDT o satélite por que la recepción en FM es bastante deplorable, y aún hay sitios así, como Almadén, en la provincia de Ciudad Real. ¿Llenaron aquel día? Llenaron. Sus oyentes fueron hasta allí por el mero hecho de ver a Pepa Fernández y compañía. Efecto turismo, dicen algunos.
Estar alejado de la crispación política y de la actualidad informativa tiene sus ventajas, pero también sus riesgos. La decisión de no incluirlos puede llevar a que la radio pública estatal esté alejada de lo que pasa durante un buen rato, aunque los boletines horarios están para eso. Pongo un ejemplo: el referéndum sobre la independencia de Cataluña del 1 de octubre de 2017, celebrado un domingo, como la gran mayoría de las votaciones en nuestro país. Pero aquel día lo de la votación quedó en un segundo plano debido a las intervenciones policiales y a la reacción ante estas de parte de la población. La competencia radiofónica se hizo eco en sus programas, en mayor o menor medida, mientras que Pepa Fernández, fiel a su lema, ni se inmutó durante el tiempo que estuvo en antena aquel día. La escaleta del programa se respetó y nadie dijo nada sobre lo que estaba pasando.
Para algunos aquello fue un error. Para otros, una virtud. Una virtud que aun hoy día sigue realizando y que sus oyentes acérrimos aceptan. Como he dicho antes ‘No es un día cualquiera’ es un oasis dentro del panorama radiofónico español para aquellos que quieren desconectar. Guste o no guste. Y visto lo visto, la desconexión de la actualidad que ofrece Pepa Fernández, sin pastillas y ni drogas de por medio, es un buen remedio para no volverse loco ni fanático, políticamente hablando. Y lo mejor de todo: lo consigue.