Pues si mi memoria no falla hoy se acaba esta sección, y lo hará con una de las cadenas creadas al amparo del Plan Técnico Nacional de 1979 que duró más tiempo: la Cadena 13. Esta tuvo cobertura en Cataluña y fue la primera cadena privada catalana tras la dictadura que emitió en catalán. Este era la diferencia que tenían respecto al resto, retomando la labor que había hecho hasta 1939 Ràdio Associació de Catalunya. La propiedad estaba en manos de Premsa Catalana SA, empresa editora del diario Avui y vinculada a Convergència Democràtica de Catalunya.
La cabecera de la cadena comenzó sus emisiones en pruebas el 7 de septiembre de 1982 en los 88.0 MHz, para pasar después a los 100.3 MHz. Las emisiones regulares, bajo la denominación Ràdio Avui, comienzan el 21 de noviembre 12 de diciembre de 1983, en el 100.0 MHz gracias a la concesión de la frecuencia por parte de la Generalitat de Cataluña. Su primer director fue Agustí Montal.
El nombre Cadena 13 estaba relacionado con el número de emisoras que conformaron la cadena a finales de 1983, entre propias (Barcelona, Manresa, Tarragona y Igualada) y asociadas (El Masnou, Gerona, Palamós, Vic, Cervera, Berga, Amposta, Blanes y Lérida), llegando tiempo después también al Principado de Andorra. La programación era generalista con un horario de 8 a 22 horas, y se pretendía competir con Ràdio 4 y Catalunya Ràdio, las dos que en aquel momento emitían únicamente en catalán. Desde el verano de 1984 la programación se ampliaría a las 24 horas e incluiría programas de los humoristas ‘Guix i Murga’, la periodista Marta Balletbó, la cómica Mary Santpere y el comunicador Salvador Escamilla.
Con poco más de dos años en antena viene el primer gran cambio. El 21 de enero de 1986 el F.C. Barcelona llega a un acuerdo de cuatro años de duración con la Cadena 13 para que, desde el 10 de febrero de ese año, Ràdio Avui se convierta en Ràdio Barça durante seis horas diarias con la dirección de Alex Botines. Pero el invento desaparece pocos meses después, en septiembre de 1987, tras la muerte de su director. Comienza una nueva etapa en la que la programación pasa a ser mixta: generalista por la mañana y fórmula musical por la tarde, aunque la música comenzó a ganar más protagonismo a lo largo de la jornada. El programa estrella de este período fue ‘Els mallamusicals’ de Albert Malla.
En 1988 la cadena tenía unas pérdidas millonarias, estimadas en 300 millones de pesetas. En 1990 se calculaba que habían alcanzado el doble. Ante la mala situación económica, no tardan en aparecer diferentes ofertas de compra o alquiler.
El 28 de diciembre de 1989, en Catalunya Ràdio se aprueba la creación de un canal todo noticias (la que sería Catalunya Informació), con la idea de utilizar las frecuencias propias de la Cadena 13, que en aquel momento eran Barcelona, Manresa, Tarragona, Igualada y El Masnou, con un plan de arrendamiento de siete años, que podía alcanzar la cantidad de 550 millones de pesetas. La intención de la radio pública era comenzar las emisiones del nuevo canal el 1 de febrero de 1990. Aunque el 23 de enero de 1990 queda aprobada oficialmente la compra de la cadena, el movimiento genera una gran polémica en el ámbito político. El cambio del arrendamiento por la compra provoca que la dirección de Cadena 13, que en aquel momento estaba en manos de Xavier Tortras, cierre las negociaciones el día 26 de enero sin que se hubiera llegado a ningún acuerdo.
La cosa es que aquel hecho genera que otros pretendientes presenten ofertas de compra. A saber: varios empresarios locales (con el periodista Joaquim Maria Puyal como el más destacado); la francesa Sudradio; la Cadena SER; la Rueda Rato y, finalmente, la Cadena COPE. De entre todas, fue la COPE la que se llevó el gato al agua, comprando el 27 de abril de 1990 el 50% de las acciones de la cadena a través de sus empresas participadas Ràdio Sabadell y Editora Catalana de Radio y TV. La COPE la acaba convirtiendo el 1 de octubre de 1990 en la nueva Cadena Nova, con programación mixta, dejando la generalista por la mañana y la musical por la tarde, con la idea de mantener una parrilla en catalán que no tuvo el éxito que se esperaba.