La invasión de Ucrania trajo hace unas semanas a la portada mediática la ocupación de la central nuclear de Chernóbil por parte de las tropas rusas. Su construcción comenzó en agosto de 1972 y su puesta en marcha data de septiembre de 1977, con cuatro reactores que podían llegar a producir hasta mil MW cada uno. Lo peor llegó en abril de 1986 cuando el reactor número cuatro explotó mientras se estaba realizando una prueba de seguridad. Quien quiera saber más de cómo pasó podéis buscar la serie de HBO ‘Chernóbyl’ o cualquiera de los reportajes o documentales que se han realizado hasta la fecha. Recordad que, aunque haya puntos en común en todos ellos, aún no se sabe a ciencia cierta cuáles fueron las causas y su desarrollo.

Bueno, pues esta introducción viene a colación porque hace muchos años leí que uno de los motivos de su construcción era para dar suministro eléctrico a la instalación llamada técnicamente como Duga-3 que se encuentra a unos 30 kilómetros al sur de la central nuclear.

¿Qué es Duga-3? Duga-3 era un sistema de radar antimisiles de la época de la Unión Soviética que utilizaba la propagación ionosférica, aunque parece ser que nunca llegó a funcionar por completo debido al poco conocimiento que se tenía del comportamiento de la ionosfera para este sistema. Estaba compuesto por dos centros situados en lugares diferentes de la entonces Unión de Repúblicas Soviéticas, uno de ellos cerca de Chernóbil que utilizaba un emisor que tenía, según se estima, hasta 10 MW de potencia, por lo que esta solo podía ser generada por una gran central eléctrica cercana. Blanco y en botella. Tras el accidente nuclear de abril de 1986, las instalaciones de Duga-3 próximas se tuvieron que abandonar, dejando en pie la única muestra del sistema con una antena de 700 metros de longitud con 150 metros de altura.

Aunque su nombre técnico se empezó a conocer públicamente a principios de los años 90, con la disolución de la URSS, hasta ese momento se la conocía como la estación de ‘el pájaro carpintero’ por la señal que producía, entonces de origen desconocido, con un ruido repetitivo que creaba interferencias en emisoras de onda corta de todo el mundo y que los radioaficionados acabaron localizando en algún lugar de la Unión Soviética.

Su típica señal desapareció del espectro radioeléctrico en 1989, cuando se cerró y se desmanteló el segundo centro de emisiones situado cerca de la ciudad de Komsomolsk del Amur.

Permitidme el chiste: que conste que solo he picado un poco en el tema.

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