La pandemia del COVID-19 nos ha dejado una serie de cambios en el panorama radiofónico que se resume en dos puntos:

  • el programa se puede hacer desde múltiples sitios a la vez, eso sí centralizado desde un estudio de radio,
  • y las entrevistas han pasado a realizarse mediante programas de redes sociales, sin olvidar las llamadas al móvil.

Al primer punto se le llama teletrabajo, nada nuevo. Al segundo, no invertir en medios existentes y más eficientes para mejorar las comunicaciones. Y me quedo a gusto.

Pero los dos han implicado la aparición de un personaje que muchas veces es un incordio … para algunos. Este nuevo miembro al que le auguro un gran futuro es el llamado en inglés ‘delay’, que en español lo catalogamos como ‘retraso’. Que conste que no hablo del nivel intelectual de nadie.

De hecho, ya existía, aunque en menor medida con las conexiones vía RDSI, una clásica en el medio. Pero escuchando la semana pasada en COPE ‘La tarde’ con Pilar Cisneros, ya que Fernando de Haro estaba de vacaciones, me encuentro lo siguiente.

Siempre he escuchado que, sobre todo en la radio privada, un momento de silencio cuesta dinero. Si juntamos todos los que se producen actualmente con las entrevistas mediante programas de videoconferencia aportados por bastantes redes sociales, es probable que más de un anuncio podría haber entrado. No quiero defender la emisión publicitaria, para eso ya están las propias direcciones de las cadenas.

Lo que sí han realizado y realizan es una ralentización en la conversación, punto que puede generar una huida del oyente hacia otras ofertas más ágiles y con mejor escucha. Y este es otro de los personajes que ha hecho acto de aparición: la poca profesionalización en materia de audio del entrevistado. Aunque, como muchos dicen, vale más el documento que la calidad.

Y esto genera la cancelación repentina de la entrevista, con el consecuente descuadre de la parrilla.

El móvil nos permite mantener conversaciones en cualquier sitio, siempre y cuando haya una buena cobertura. Es por eso por lo que, la mayoría de las veces, el productor de turno te pregunta si se dispone de una línea fija, que aporta una mayor estabilidad. A falta de esta, buena solución es cualquier otra, pero te encuentras con el caso siguiente:

Más espacios en blanco. Esto no es nuevo, pero es que no aprendemos.

La evolución tecnológica que se utiliza por las condiciones sanitarias que hemos tenidos estos dos últimos años nos ha traído estos inventos que van a durar mucho tiempo.

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