
Las novedades nunca terminan de gustar, pero si se hacen por una razón determinada hay que aguantarse. Imaginaros hace 40 años a punto de iniciar el Mundial de fútbol que se iba a celebrar en España y con el estreno de un nuevo centro nodal de RTVE para mejorar las comunicaciones para el evento que se tenía que retransmitir en casi todo el mundo. Llamarle como centro nodal uno se imagina, posiblemente, un edificio al estilo de oficinas con mucha técnica allí dentro. Pero si se trata de uno de 220 metros de altura y con un aspecto, quizás demasiado clásico, de lo que era entonces una torre de comunicaciones, ya tenemos otra cosa que se va a hacer notar en el llamado skyline de la ciudad. Eso fue lo que le pasó a Madrid cuando el 7 de junio de 1982 se inauguró Torrespaña.
Su construcción era muy necesaria para RTVE ya que los dos centros de producción que tenía en Madrid, el de Prado del Rey en Pozuelo de Alarcón y Paseo de la Habana en Madrid, tenían dificultades para comunicarse vía hertziana debido a los nuevos edificios en altura que se iban realizando y que rodeaban a los primeros estudios de la televisión pública en la capital. Así que entre lo anterior y que, debido a la celebración del Mundial de fútbol en España, se necesitaba una infraestructura técnica mayor, … miel sobre hojuelas.
El coste final se elevó a los 3.500 millones de pesetas, se empezó en febrero de 1981 y se acabó un año después. Su forma, como he dicho antes, es la clásica de los centros emisores urbanos que había hasta la época y fue idea del arquitecto Emilio Fernández Martínez: una gran torre que culmina en el centro de control y el mástil. Casi la forma de una piruleta, de un pirulí. Alguno dirá que es la distribución que debe tener, pero si la comparamos con la Torre de Collserola de Barcelona, la distribución y forma es diferente.
Lo mejor vino tras su inauguración. Desde TVE se le daba tanta importancia a su imagen en sus informativos que muchos creíamos que estos se hacían desde la zona de control de la torre. Mal por la cadena que parecía no querer mostrarnos el centro de producción que construyó justo al lado y que ahora sí enseña en cuanto tienen la menor oportunidad, más que nada porque Torrespaña fue de su propiedad entre 1982 y 1989, cuando se creó la empresa pública Retevisión que se encargaría de distribuir las nuevas señales de televisión privada que empezarían a funcionar a finales de ese año. Si ya no es de ellos, ¿para qué enseñarlo?
Con el paso de los años se ha convertido además en el emisor principal de radio y televisión de Madrid y ha estado operativo todo este tiempo salvo el 28 de agosto de 2002 cuando un cortocircuito la dejó inoperativa para la zona de la capital durante tres horas. La distribución de las señales para el resto del país siguió funcionando ya que se disponía de backup, que para el que no entienda qué es resulta ser una alternativa por si falla la opción principal. Así que desde entonces todo lo que sale de la torre cuenta con este servicio que debería ser lo mínimo cuando se contratan unas emisiones de radio o televisión. Alguien de la Comunidad de Madrid no acabó por entender qué era eso del backup con lo que pidió la construcción de una segunda torre de comunicaciones en el norte de la ciudad. Lumbreras los hay en todos los sitios.
Ahora queda que celebremos el 50 aniversario, y a partir de ahí se tendrá que comenzar a pasar la inspección obligatoria cada 10 años para los edificios con esta antigüedad. Cosas de la construcción.