Llevo bastantes años creyendo que los medios públicos en España están en manos del partido o partidos que están en el poder central o autonómico. No digo nada nuevo. Muchos pensamos lo mismo. El interés político es el que es y ven en ellos una oportunidad mediática teniendo en cuenta que algunos en su totalidad y otros en parte son financiados con nuestros impuestos y deberían de ofrecer una programación nada partidista.
Hubo un tiempo en España, que seguro alguno me querrá quitar la razón, en la que RTVE estuvo al margen de los intereses de partido y fue en la época de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del gobierno. Prueba de ello fueron los buenos datos que obtuvieron en sus informativos tanto TVE como RNE y que el cambio de partido en el gobierno se encargó de cambiar en cuanto entró en el poder. Desde entonces la corporación pública ha ido de mal en peor y no ha habido nadie que haya querido poner enmienda.
Con el actual gobierno se propuso nombrar a un director por concurso público, pero la idea se descartó como suele pasar en estos casos: todos quieren meter baza en el asunto, y precisamente la suya. Así que se volvió otra vez al procedimiento clásico de designación a dedo con el consenso de partido socialista y partido popular.
No voy a amagar que siempre tengo la ilusión que las nuevas direcciones hagan algo realmente bueno en los medios públicos, pero esa ilusión acaba una y otra vez en un agujero negro del que no quiere salir. Más o menos como la deuda que tenía el ente RTVE que se acabó transformando en la corporación RTVE con borrón y cuenta nueva. De puertas afuera era algo nuevo, pero de puertas adentro seguía todo igual, con gente muy válida y otras no tanto.
Durante año y medio al frente de la presidencia de los medios públicos estatales, Juan Manuel Pérez Tornero ha dejado a los buques insignia de RTVE, que son La 1 y Radio Nacional, en los últimos puestos del ranking de audiencias de las grandes cadenas generalistas. Pero quizás esa era la tendencia y Pérez Tornero solo haya puesto la guinda en el pastel.
Para La 1 la salvación ha sido comprar todos los derechos habidos y por haber de las competiciones futboleras quitándoselas a Telecinco, otra que va de capa caída de momento. Y es que la televisión lineal está sufriendo una caída de audiencia que los expertos achacan al poco atractivo que comienzan a tener respecto a otros medios de entretenimiento. En Radio Nacional el cambio ha llegado ahora, en septiembre de 2022, tras obtener el mal resultado del segundo EGM de este año.
Esto en cuanto a materia programática. La política es otra historia y la que los rumores se han encargado de darle protagonismo. Según se dice Podemos no tragaba a Pérez Tornero tras retirar a Jesús Cintora de la parrilla de TVE con sus ‘Las cosas claras’ por el motivo de su baja audiencia (un 7,4%), aunque el programa sustituto, ‘Hablando claro’, dicen que es más de lo mismo y además con menos audiencia (un 5%). También se dice que para el partido socialista el presidente de la corporación pública se estaba escorando hacia el partido popular, cosa que generó la petición de dimisión. Así no cobra indemnización, siempre y cuando no haya algo de ello en el contrato.
Al menos ahora la sustituta temporal es de la casa, Elena Sánchez, que sabe los entresijos de la empresa desde hace muchos años, concretamente desde 1984. Le toca el marrón de estar en el puesto lo que decidan los políticos. Rosa María Mateo, la llamada ‘musa de la democracia’, llegó como administradora para unos meses y estuvo casi tres años pasando a ser ‘la censora del ente público’, mientras el partido socialista no sabía qué hacer con el concurso público que designara al nuevo director.
En el caso de los medios públicos habría que decir lo que el dictador Franco: “haga como yo, no se me meta en política”. Pero, y aún con malos resultados de audiencia, la televisión lineal es una buena arma para aquellos que quieren hacer nueva política con métodos de la antigua. En cuanto a la radio se pueden usar otras cadenas con mejores datos. Aquí las trincheras están puestas gran parte del día.
