¿Alguien se acuerda de Guillermo Marconi? Por el afán que se les ve a algunos parece que se han olvidado de que fue la persona que fundó las bases de la comunicación sin hilos en el mundo. Aunque, los graciosos del lugar digan que antes que él ya estaba Luis del Olmo dándole al dial. La primera transmisión de radio se produjo el 14 de mayo de 1897, y si las matemáticas no fallan van desde entonces 126 años. No es un número redondo, pero por fechas me viene a huevo para contar otra historia relacionada con el invento y con su creador, y no es la polémica de si la idea fue del físico alemán Heinrich Rudolf Hertz que en 1887 logró crear un dispositivo para transmitir ondas electromagnéticas y que Guillermo Marconi mejoró y se llevó todo el mérito con Hertz muerto.

Lo de la telegrafía sin hilos no terminaba de agradar o gustar a mucha gente, que veía el invento una pérdida de tiempo. Las comunicaciones por cable, y se acabó. Bueno, se terminó acabando para estas empresas que terminaron viendo las mejoras que la onda podía aportar. Así en los diferentes continentes se fueron construyendo estaciones emisoras y receptoras que agilizaron la comunicación. Pero Marconi se propuso dar un paso más allá a finales del año 1901: realizar la primera emisión transatlántica, otra locura parecida a la que presentó en 1897, pero él tenía su teoría.

En aquel momento existían dos variantes científicas respecto a la propagación de la onda. Los había que decían que esta se propagaba en vía recta y que, si se pretendía realizar emisiones entre el continente americano y el europeo, la onda se perdería por el espacio y no llegaría al otro lado. Y los había, como Marconi, que defendían la idea que la onda seguiría la curvatura de la Tierra.

Así que se montaron dos estaciones: una en Poldhu, en Cornualles, Inglaterra, y la otra en Saint John’s, en la costa canadiense de Terranova, que estaban separadas unos 3200 km. Hay que decir que costó un tiempo, además de 50000 libras que costeó el propio científico. Pero finalmente Marconi demostró que las emisiones transatlánticas se podían hacer al recibir la letra ‘S’ en código morse que se había emitido desde Inglaterra. Con esto impuso su teoría que las ondas seguían la curvatura de la Tierra. Pero si para el invento de la radio aprovechó una idea existente, para esto tampoco hay que darle el mérito, al menos no en todo.

Años más tarde se comprobó que las ondas seguían una trayectoria recta, con lo que había una parte de científicos que tenían razón, pero los otros tenían también su parte. Las ondas se propagan en línea recta, pero pueden rebotar en la atmósfera terrestre, haciendo que vuelvan otra vez a la superficie. Así podemos decir que las dos partes tenían algo de razón.

Las comunicaciones transatlánticas se han mantenido de manera inalámbrica hasta hace unos años, al menos en comparación con los 122 de la primera realizada por Marconi. Telefónica da cuenta de ello al comentar el uso que tenía su Estación de Buitrago de Lozoya que servía, además de otras cosas, para transportar las señales de RTVE a Canarias por satélite. Esta estación estuvo en funcionamiento desde finales de los años 60 hasta finales de los 90, casi 30 años que han sido sustituidos … por el cable de fibra óptica.

No sé qué pensaría Marconi cuando viera que volvemos a depender del cable.

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