La onda media de RNE también reduce cobertura

En la anterior entrada me hacía eco del aniversario de las emisiones en onda corta de Radio Exterior, que están en la palestra por la publicidad que últimamente se están dando a las emisiones en Europa en esta banda, además de la onda media, debido a la invasión de Ucrania. La cosa es que en España estas emisiones están en detrimento respecto a otros medios de difusión, principalmente internet, con bajadas de potencia o incluso cierres de emisores. Pero en los conflictos bélicos las líneas telefónicas ya sean fijas o móviles son las primeras que caen. Y no queda más remedio que volver a los que calificamos como medios clásicos para informarnos.

La onda media y corta, al igual que la onda larga, permiten alcanzar una mayor cobertura en horarios nocturnos debido a que las ondas rebotan en capas más altas de la atmósfera, y esto las hacen un bien preciado para aquellas personas que se encuentran lejos de su país. El gran problema de estas emisiones es su alto coste debido a las altas potencias con las que salen al aire, a pesar del mejor rendimiento eléctrico que tienen los nuevos equipos transmisores. Y aquí entra Juan Guía, que desde el año 2013 es el responsable financiero de Radio Nacional de España.

Juan Guía intenta reducir costes de la estructura de la radio pública primero cerrando los centros de Costa Rica y Noblejas de Radio Exterior, pero esta última tuvo que volver al aire dos meses después de su cierre debido a las quejas de bastantes oyentes cuya única escucha solo podían hacer en onda corta. Aquí se ve que, aún hoy día, este tipo de emisiones se convierten en cierto modo estratégicas, a pesar del desfase histórico que se le quiera dar.

Pero la reducción de costes en emisiones no se queda ahí. El sindicato UGT de RTVE critica la constante bajada de potencia que están teniendo los centros de mayor cobertura de Radio Nacional en onda media y que están situados en Majadahonda (Madrid), Palau de Plegamans (Barcelona), Los Palacios (Sevilla), Las Mesas (Tenerife), Mesón do Vento (La Coruña) y Torre Cotillas (Murcia), con potencias de 600 Kw (los tres primeros) y 300 Kw (el resto) que desde 2008, entonces todos ellos saliendo ya con 300 Kw, se han ido reduciendo entre un 50% y un 75%, llegando a emitir de día con 100 o 150 Kw y de noche entre 75 o 100 Kw según el emisor.

Desde UGT RTVE consideran a estos centros de onda media como “los cimientos de nuestro Servicio Público”. Y razón no les falta porque la cobertura de Radio Nacional en esta banda estaba inicialmente pensada para utilizar únicamente estas seis antenas, que a lo largo de los años 80 se vio incrementada por pequeños emisores en todas las capitales de provincia. Aducen que la reducción de potencia incrementará las zonas de sombra “en pequeños pueblos y campos” además de la red de carreteras. Pero existen alternativas más baratas como el DAB que incluso acabarían con la frecuencia modulada si alguien se atreve a desarrollarla otra vez. Si hablamos de reducción de la factura eléctrica, no hay otra solución en cuanto a la cobertura estatal.

Volviendo al tema de la decadencia de la onda media, supongo que ya no se acuerdan de la única emisora que Radio Nacional ha cerrado a lo largo de su historia: la nocturna de propagación ionosférica que salía en los 1359 KHz situada en Arganda, puesta en funcionamiento en 1992 para dar mejor cobertura a todo el país ya que podía emitir con hasta 1000 Kw de potencia, pero que en sus últimos años de existencia o bien no emitía diariamente, bajaba drásticamente su señal o se utilizaba en horario diurno para pruebas de la señal digital DRM que no sirvieron de mucho.

Sea lo que sea, se ha demostrado en las últimas semanas que la onda corta y la onda media aún pueden seguir viviendo al menos en la radio pública, aunque nos cueste dinero a todos. Siempre y cuando no haya alternativa viable.